Juego del asesino: Pecados Capitales. [JUEGO FINALIZADO; Página 4]

tengo una tendencia innata a la sangre y a la tortura,

Damzel te ha llegado mi votación? Es que la mandé desde el móvil y no me dejaba escribir nada en "asunto", por eso lo mande sin asunto.

Me imagino que te habrá llegado pero por si acaso...

- RELATO 3 -

Esta noche toca volver a disfrutar y mira por dónde! Es mi día de suerte. La fortuna ya está echada. Me lo encontré allí delante y todo fue taaan fácil jajaja
Qué, no te animas a venir solo 10 minutos? Por un día que aún mueve su culo de sitio y ha caído en mi trampa, que lástima si te cocino al vapor con esa agua hirviendo que se me ha caído accidentalmente, y si además, ahora que tu carne huele sabrosamente a chamuscado suelto a ese par de perros hambrientos que me he encargado de recoger a ver si eres capaz de huir de ellos.
Que lástima que la carrera haya durado tan poco. Pero ha sido divertido escuchar tus gritos ABlanko. Siguiente destino avenida 34 a ver que puedo maquinar.

- Relato de moderación: fin del juego -

Llevaba tiempo observándola... Era el ser más depravado que había tenido el lujo de concer. Coincidimos en una fiesta para adultos, de esas donde todos llevan antifaz, sin nombres, sin rostros... nada, excepto unos cuerpos que buscan el placer de las formas más variopintas que se pueda imaginar.  Un tatuaje en el esternón de un Uróboros hizo que la reconociera en aquella cafetería; no me lo podía creer... ¡Di con ella cuando toda esperanza se había marchitado! Me acerqué tímidamente; sin mi antifaz no tenía esa valentía... Me miró con una frialdad que jamás olvidaré y me preguntó que qué demonios quería, que por qué estaba ante ella como un pasmarote y, en definitiva, que me largara de ahí. Las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta y, con el corazón en un puño, me retiré.

Comencé a seguirla; quería ver cómo era su día a día, verla sonreir, disfrutar, llorar, comer... en definitiva, quería vivirla. En una de mis "excursiones" descubrí cómo se llamaba: Agilrosa... Ahora sabía qué susurrar al llegar al éxtasis en mis noches solitarias.

Jamás sospeché lo que mis ojos estaban a punto de ver... ¡Era una jodida asesina! ¿Mataría porque eso incrementaba su líbido? ¿Le resultaría excitante una experiencia cercana a la muerte? Decidí entonces hacerle un regalo muy especial; con una gran sonrisa en mi rostro planeé lo que yo creía que iba a ser la noche más espectacular de nuestras vidas.

Ella despertó; se encontraba atada al cabecero de la cama con unas esposas que ella misma llevaba en su bolso (¡esa es mi chica!) y comenzó a toser, supongo que por el humo que invadía toda la habitación. Había provocado un gran incendio; se estaba asfixiando... ¡Nos estábamos asfixiando! Me puse en pie para coger el extintor pero era demasiado tarde... Me desplomé junto al amor de mi vida, mi alma gemela, mi Agilrosa...

- PISTAS DE LOS RELATOS -