Juego del asesino: Pecados Capitales. [JUEGO FINALIZADO; Página 4]

Anna estaba destinada a hacer cosas grandes.
Era un buen partido, en todos los sentidos.
Su familia es la dueña de una de las mayores farmacéuticas del planeta. Sus laboratorios de investigación llevan luchando contra la enfermedad desde el siglo XIX, su expansión ha sido vertiginosa en los últimos años y, increíblemente, es una de las que más presupuesto invierte en la paliación y prevención. Anna es la responsable de esto.
Criada en una familia de fuertes convicciones religiosas y educada en los mejores colegios y universidades, su vida siempre ha estado regida por importantes preceptos que han sido su guía en momentos de duda. Era el sumun de las virtudes.
Anna era humilde, a pesar de sobresalir académicamente; era trabajadora, aunque su apellido y posición le podrían haber regalado muchísimas cosas.
Siempre implicada en cualquier acto de caridad, denotando una paciencia infinita y sin esperar nunca nada a cambio.

Asumía de forma natural el papel mediador ante cualquier conflicto, manteniendo una templanza que conseguía apaciguar hasta los más exaltados espíritus.
Anna era la hija ideal, la esposa ideal, la madre ideal. Entregada, leal, cariñosa. Siempre anteponiendo a los demás a si misma, pero a pesar de haber pasado su vida controlando sus impulsos, de haber reprimido sus deseos, de haber desahuciado sus sueños, de levantarse cada día para luchar y no defraudar a nadie, por no cometer un error y no pecar Dios la había premiado con una sentencia de muerte firmada. Cáncer.
La metástasis carcomía su cuerpo.
Ahora, sentada en la penumbra de su habitación, exhausta después del último ciclo de quimioterapia, observaba como sus idílicos hijos jugaban con su intachable padre en el jardín de su maravillosa casa. Un sentimiento de orgullo atenazaba su garganta.
Dios la había elegido, había oído su fuerte y brillante voz y sabía exactamente lo que tenía que hacer:

“Serás mi cuarto ángel vengador. Levántate y esparce la muerte”

Vio su laboratorio y la etiqueta con la que el mundo expiaría sus pecados.  Las variedades del virus A(H5N1) y A(H7N9), las más pandémicas, las más mortales.

AVARICIA

No, no señor, no pensaba ir a la cárcel y mucho menos ahora que estaba forrado. Maldita sea, un día más, solo hubiera necesitado un día para poder huir del país y en estos momentos estaría pegándose la gran vida, pero su cara había salido en todos los noticiarios del país y la policía ya había solicitado la colaboración de la Interpol.

¡Mierda, todo se había ido al carajo! y  ahí se encontraba él, Esteban Molinero, un reputado empresario en un hotelucho de 2 estrellas  a la espera de que uno de los mejores cirujanos internacionales, no “demasiado” escrupuloso con la legalidad,  cambiara por completo su imagen,  le proporcionara una nueva cara y su pasaporte a la libertad.

¡Madre mía! ¿Pero cómo había llegado él a esa situación? ¡Él, él que lo tenía todo, reputación, estatus, dinero! En esas reflexiones estaba cuando la televisión le devolvió a la cruda realidad.

 “Ultima hora: asciende a 64 el número de muertos por el desplome de las viviendas sociales del barrio de la Cruz. tras la muerte de una mujer de 43 años que se encontraba gravemente herida.

Las investigaciones apuntan a que el derrumbe del edificio se produjo por la mala calidad de los materiales utilizados para su construcción. Por lo que se  ha intensificado la búsqueda del constructor Esteban Molinero, en paradero desconocido desde el mismo día de la tragedia

Todos los datos parecen indicar que  el constructor amasó su gran fortuna, utilizando chatarra en lugar de acero a la hora de construir los cimientos de la multitud de viviendas sociales que construyo a lo largo de toda la ciudad en la década de los 90”

¡Joder, otro muerto más, pensó,  la había cagado pero bien!

Siempre le había gustado el dinero, pero… ¿Acaso eso es un delito? ¡a todo el mundo le gusta el dinero, que demonios! Y el que diga lo contrario miente, ¡país de hipócritas!

Mientras en Tele Cinco seguían martilleando con historia de su vida: que si con 10 años vendió en eBay las muñecas de su hermana triplicando su valor, que si en su adolescencia revendía entradas de futbol, que si aprovechando la burbuja inmobiliaria y con los contactos adecuados se convirtió en el constructor más rico del país a sus 30 años, bla, bla, bla….¡buitres!

La cocina, esa era la gran pasión de Isabella desde que tenía uso de razón. Tuvo que preparase mejor que el resto para destacar y, aun así, siempre había alguien por delante para ir hundiendo su sueño poco a poco. Y no siempre era gente mejor preparada o que fuese mejor que ella, eso lo hubiese podido asumir, no, no era así. La realidad es que quería entrar en un mundo que se movía por favoritismos, dinero y poder, y eso era algo que nunca podría aceptar.

Por fin, después de años de estudio en París, consiguió su gran meta. Casi a la vez que su peor pesadilla: con solo unos días de diferencia, justo cuando consiguió el puesto de chef para el que tanto se había preparado durante años y años en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, los médicos le dieron una horrible noticia: se moría. Lo que ella había achacado al cansancio de la lucha por su sueño, era lo que se la comía por dentro. Qué injusta era la vida con ella. Apenas unos meses de vida para todo lo que tenía pendiente.

¿Qué podía hacer que fuese importante para el mundo en tan poco tiempo? Pronto encontraría la respuesta.
Esa misma noche, mientras se preparaba el servicio del restaurante, el escenario era dantesco: peces gordos bebiendo buen cava y hablando de economía, compaginando su charla con pequeños aperitivos que escuálidos camareros servían cada poco tiempo.

Ahí apareció su gran respuesta: ¿Acaso no dirigía la cocina de uno de los mejores restaurantes? ¿Y no iban allí a glotonear puñados de millonetis que le hacían la vida imposible a gente como ella? Gente poderosa que hundía los sueños de otras personas, personas que de verdad luchaban día a día y no lo que hacían esos peces gordos. Y esa gente que creía dominar el mundo iba allí a comer aperitivos, entrantes, primeros, segundos de pescado y carne, y una gran variedad de postres, licores y cafés.

Esa escoria debía desaparecer y ella sabía exactamente cómo hacerlo. Tenía la solución en sus manos cada día. La gula acabaría con ellos, ella solo sería su mano ejecutora.

Yo, Louane, confieso que los odio, odio a todas esas personas que no hacen una mierda y lo tienen todo. Voy a poner el ejemplo de mi "difunta amiga Mel".
Corria el año 2005, ambas teníamos 16 años, ella era la envidia de todas las chicas del insti: guapa, delgada, divertida, adinerada... Siempre tenía decenas de chicos detrás.
Y luego estaba yo: gorda, aburrida, borde, fea. Mi única amiga era Mel.
Yo me mataba todas las mañanas a correr, hacia dietas, cuidaba mi piel y trabajaba como camarera en un pequeño bar del barrio donde vivía. Ella se pasaba el día tumbada sin hacer ni el huevo, se alimentaba de pizzas y hamburguesas y sus padres le compraban todo lo que la señorita pedía; admito, que me moría de la envidia.
Ella murió en un accidente de coche hace 10 años, a sus 18. Incluso en su funeral ella lucía perfecta.
Mas de medio pueblo acudió a el, también he de admitir que cuando ella murió, sentí un gran alivio. Si la envidia es pecado soy pecadora, y dios me ha castigado con un cáncer de pulmón, y se que cuando muera ni un cuarto de la gente que acudió al funeral de doña perfecta, acudirá al mío.
Mi único deseo antes de morir es acabar con la gente que sin esfuerzo lo tiene todo. ¡LOS ODIO!

Son las 10:15. La vecina de abajo está gritando, como de costumbre. Todavía no abre los ojos, sólo espera a que la otra se calle de una vez para seguir con sus sueños, donde él es quien lleva las riendas, no tiene jefes, ni hipoteca, ni facturas atrasadas.
Hoy no le apetece trabajar, lo único que le apetece es estar al margen de todo, sin voces que emboten su cabeza ni le digan donde, cuando y como hacer nada. Está cansado de artimañas, engaños y falsas promesas que "algún día se cumplirían", sencillamente quiere dormir. El teléfono vibra; no lo mira, sabe quién es y qué quiere.
A las 12:45 decide levantarse e ir al salón, donde la televisión todavía ilumina ese triste espacio con las persianas bajadas.
Después de calzarse unas sucias zapatillas, baja a tomar un café al bar de la esquina.
El teléfono sigue vibrando, pero él sigue sin contestar. Que se apañen sin mi, pensó.
Paga la cuenta y sale del bar, y es cuando mira su teléfono después de haber dejado de vibrar. 17 llamadas perdidas...que cansinos, de verdad.
Empieza a dolerle la cabeza. Ya tiene excusa para no haber ido al trabajo, pensó.
Al llegar a casa, a eso de las 14:00, el teléfono vuelve a vibrar, y es cuando se da cuenta de que la que llama es su madre. No lo coje, solo lo mira. Al momento de tumbarse le llega un mensaje de texto, en el que su madre le pregunta: por que no contestas?  Que te pasa? Háblame por favor.
El responde al mensaje con un simple "estoy cansado, me duele la cabeza".
No le apetece prepararse la comida, asique baja a por un bocadillo.
Mierda, la cartera está vacía...se acerca al cajero que tiene al lado de casa, mete la tarjeta de crédito, y sale ese odioso texto en la pantalla: límite sobrepasado, y todavía le quedan dos semanas para cobrar la nómina. Le pega una patada al cajero, recoge su tarjeta y se tropieza con un hombre que estaba tumbado en una esquina. Cómo no lo había visto al entrar?  Se quedó un rato observándolo, pensando que esa vida no estaría tan mal tampoco.
Al salir escucha una voz diciendo: no sabes lo que haces. Mira al indigente, pero sigue en la misma posición, dormido, con la cabeza escondida. Entonces es cuando se fija en el vaso con monedas que tiene al lado. Titubea, pero termina volcando las monedas en su bolsillo. 7 euros en monedas pequeñas, ya tiene para su bocadillo.
Al día siguiente, obviando las incesantes llamadas se fija en el despertador; estaba apagado. Suena la puerta...perezosamente abre, y se sorprende al ver que el mismo indigente con el que se tropezó en día anterior, vestido de blanco, le entregó una nota sin mediar palabra.
La nota solamente tenía escrita una palabra: bienvenido. Sorprendido, le insistió, pero el hombre sonreía sin contestar. Cerró la puerta y tiro el papel a la basura...
La televisión estaba apagada, la casa recogida, ordenada, con las persianas levantadas. En el exterior había una extraña luz tenue, y entonces lo recordó:  No llegó a salir del cajero en ningún momento, algo había salido mal...

 Si. Lo estaba. Soraya llevaba años pensándolo, sabía que debía proceder con cautela aquella noche. Todas esas personas que se lo hicieron pasar mal, Muy mal, ahora se lo pagarían. Pero, a un precio muy alto: el de la muerte. Soraya siempre habia sido rencorosa, y esta vez no tendria ningún remordimiento. Ya lo tenía todo pensado, primero María, luego Patricia y a continuación, las gemelas. Comenzó a guardar en su mochila lo que utilizaría, y en el bolsillo trasero de su pantalon vaquero preferido el bloc de notas, el elemento más importante, dónde llevaba apuntado como deberia ser cada segundo de la noche. Si algo fallaba sabía lo que pasaría, pero era un riesgo que ella eligió correr...

Acababa de sonar la alarma de su reloj: las agujas marcaban las 12:00. Era hora de pasar a la acción. La ira y la venganza ardían con fuerza en su interior.

Todo empezó el día que aquel tío me dejó, que sentido tiene dejarlo todo por una sola persona? Que hay alguien "especial" que te hará feliz y te complementará, que hay que ser fiel toda la vida y serás feliz y todas las chorradas que a uno se le ocurran. Monogamia impuesta por aquellos frustrados que suficiente tenían con aguantarse ellos mismos como para tener a quién se preocupe por ellos, ahora por fin lo veo claro.

Vivir por uno mismo por el día, salir a "cazar" por la noche, altos, bajos, rubios, morenos, occidentales, extranjeros, hombres, mujeres...  cada uno tiene lo suyo, suficiente para disfrutarlos hasta dejarlos secos y poder pasar el turno al siguiente la próxima noche, disfrutar sin depender, sin vínculos, con total y completa libertad.

Maldito accidente. Pensar que ahora que por fin entiendo la vida y sé vivirla me quede ya tan poco tiempo, lo que daría para poder tener al menos un año más para al menos terminar de atar los cabos que han quedado sueltos, aun así nunca es suficiente, la vida es cruel y se va cuando más la aprecias.

Su respiración estaba agitada, miró sus puños heridos por los golpes. ¿qué le había pasado? Nunca había perdido el control de aquella manera. Desde que era joven su vida había seguido un estricto plan. Había estudiado la carrera con más salidas, había empezado a trabajar en la empresa que le indicó su padre y se había casado con la chica que su madre había aprobado. Había hecho todo lo que se suponía que tenía que hacer. Tenía un buen trabajo, estable y con un buen sueldo. Un buen coche, una bonita casa en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad... Sin embargo ella no era feliz. Lo notaba cada mañana, así que para sorprenderla decidió cogerse un día libre. Le llevaría sus bombones favoritos y se escaparía con ella a un hotelito rural que se estaba poniendo de moda. Cuando entró en casa supo que algo estaba mal. No fue hasta que abrió la puerta del dormitorio y los vió que perdió el control. Nunca le había pasado, sólo cuando los vecinos alertados por los gritos de su mujer le separaron, pudo dejar de golpear a aquel hombre. Ahora, sentado en un callejón tras la huida reflexionaba. No sentía rabia, ni miedo ni siquiera preocupación, era algo más... ¿placer? ¿había disfrutado golpeando a aquel hombre?... Se incorporó lentamente. Necesitaba volver a experimentar aquello. Pero esta vez sería más discreto y nadie le pararía.

- RELATO 1 -

El día estaba animado. Las calles llenas de gente, niños jugando, pero algo me incomodaba. No soporto a esa persona, primero me miraba, después parecía como si su desgracia le persiguiera y al final, iba juntando papeles de 2 en 2, me irritaba.
No pude evitarlo, un sentimiento extraño se apoderó de mí. Con un sigilo especial  me acerqué y con una aguja conseguí perforarle el pulmón por la espalda, nadie vio nada, nadie lo notó. Solo sé quedó dormida, adiós para siempre Damzel, esta victoria me ha sabido como la miel.

- RELATO 2 -

Después de pensar bien en lo de Damzel, no ha estado tan mal, realmente me doy cuenta de que sobra muchísima gente, da igual hombres, que mujeres, que niños. Esta sociedad está ya podrida, necesitamos a alguien que se coma estos desechos para hacerlos desparecer. Bien pensado, yo podría ser esa persona, la persona elegida para terminar con la lacra de esta sociedad.

Mejor me lo pienso con calma, así que que mejor que ir a comer algo al primer restaurante que encuentre para aclarar ideas, necesito pensar mucho, me he pedido el menú de ensalada con carne de caza, delicioso, y ya me vienen las ideas a la cabeza. Esta noche ya tengo el plan perfecto para limpiar el mundo, alguien caerá sin pensárselo. Realmente al final no le he dado tantas vueltas al coco, ya parece que matar sea algo instintivo en mí, ahora veremos cómo sale.

Por fin encontré su dirección, me he presentado en su casa, que asco me da esta tía, he conseguido convencerla para que me deje pasar un momento, lo que no esperaba es que en el momento en que se girase, me acercaría por la espalda y con la cuerda que llevaba guardada bajo la camisa la estrangularía, en un par de minutos por fin su vida ha terminado, pero para asegurarme, he tenido la delicadeza de llevar conmigo un gran trozo de plástico y mi caja de herramientas, para así poder dejar su cuerpo en el plástico, y con mis herramientas poderla cortar en trocitos bien pequeños, perfectos para desechar en cualquier sitio como si hubiera desaparecido, ya la pueden buscar, porque no la encontrarán, gracias al mantel de plástico ni siquiera quedarán manchas de sangre en el suelo, después tan fácil como quemar todo y así dejar tanto su cuerpo como cualquier resto orgánico fuera de juego, adiós para siempre AniArtola.

Me pregunto qué hora será, seguramente pasada la media noche, vaya cansancio llevo encima de todo el día, al llegar a casa me voy a tumbar tan tranquilamente a descansar y pensar en quién será el siguiente de mi lista. Que se vaya preparando.

- RELATO 3 -

Esta noche toca volver a disfrutar y mira por dónde! Es mi día de suerte. La fortuna ya está echada. Me lo encontré allí delante y todo fue taaan fácil jajaja
Qué, no te animas a venir solo 10 minutos? Por un día que aún mueve su culo de sitio y ha caído en mi trampa, que lástima si te cocino al vapor con esa agua hirviendo que se me ha caído accidentalmente, y si además, ahora que tu carne huele sabrosamente a chamuscado suelto a ese par de perros hambrientos que me he encargado de recoger a ver si eres capaz de huir de ellos.
Que lástima que la carrera haya durado tan poco. Pero ha sido divertido escuchar tus gritos ABlanko. Siguiente destino avenida 34 a ver que puedo maquinar.

¡¡Vamos apuntaros que cuantos más seamos mejor!!


¿Por cierto hasta cuándo se pueden entregar las historias?

Venga yo también y mira que mis dotes literarias dejan mucho que desear, pero se hará lo que se pueda

Edito: ¿Damzel, para escribir los relatos cada uno elegimos un pecado capital o nos lo asignas tu? Es que todavía estoy un poco perdida con la dinámica del juego, sorry

¿Aun puedo apuntarme? No entré en el foro y no me di cuenta de que estaba el juego  

AniArtola dijo:

¿Aun puedo apuntarme? No entré en el foro y no me di cuenta de que estaba el juego  

Sí, no había fecha para empezar.