Juego del asesino: La maldición de la reliquia perdida. [SOLUCIÓN, PÁGINA 20]

Relato de moderación ----- No contiene pistas

Esto se estaba yendo de las manos, tenía que hacer algo o todos terminarían muertos, desaparecidos, ¿abducidos? La locura campaba a sus anchas, incluso habían matado a una compañera por la sospecha de una ridícula maldición. Estaba decidido: se haría con la reliquia y se fundiría con las sombras de la selva, desaparecería. Si permanecía ahí un minuto más, a saber cómo terminaba; quizás haciendo compañía a la ya fenecida Nati Pou.

¡Decidido! Se puso en pie, era el momento. La reliquia estaba a tan sólo unos metros... un paso, otro, otro... ¡Cronch! Una rama y... cuatro personas a su alrededor con miradas desorbitadas, lunáticas. Sus semblantes daban pavor; esas expresiones quedaron grabadas en sus retinas.

Todo sucedió demasiado rápido, se abalanzaron sobre él al grito de ¡muere, soldado! Golpes, patadas, pedradas, cuchilladas... Una auténtica orgía sangrienta.

- RELATO 5 -

La maldición nos persigue, nos acecha. Nos susurra en la oscuridad.

Cada día que pasa la desconfianza es mayor, nos miramos cautelosos, ya nadie se queda solo; únicamente cuando el sol se esconde, cuando la noche cae nos retiramos a nuestras tiendas. En silencio.

Estoy seguro de que ya no duermen en paz. Su sueño se inunda de pesadillas, los oigo gemir, gritar, sollozar. Son patéticos.

Pero hay algo, un sonido se repite cada noche, alguien sale de su tienda y se adentra en la selva.

Ahí está, sus botas crujen bajo los plásticos que nos protegen de la humedad. Espero y salgo. Puedo ver cómo una sombra se aleja. Esta noche descubriré quién es y qué cojones hace todas las noches con disciplina militar.

Nos adentramos cada vez más en la espesura, sólo iluminados por el brillo blanquecino de la luna, cuando el espectro se gira y… Puto Indiano, ¿qué ocultas?

Indiano se ha agachado, retira unas hojas y desentierra una enorme caja, de ella extrae recuerdos de cada uno de los que ya no están, los mira con deleite, son recuerdos. Hijo de puta.

La ira recorre mi cuerpo y eriza mi piel, he comenzado a sudar, sé lo que tengo que hacer.

Me acerco a él, despacio, de frente. No tengo miedo a ocultarme, no va a regresar al campamento.

Indiano me mira, alzando los ojos lentamente y sonríe.

- Sé que vienes a matarme, arderás en el infierno.

- Chico listo…

Lo he golpeado en la sien con la pesada tapadera de la caja, pierde el equilibrio y cae al suelo, un fino reguero de sangre emana de su oído derecho. Indiano es fuerte así que me apresuro a vaciar en su garganta la botella de Jack Daniel que había guardada y lo amordazo.

-  Qué… vas…a hacerme…

-  Indi, Indi, tú mejor que nadie deberías saber que las bellas flores son delicadas, necesitan mimo, cariño y crecerán fuertes, pero al menor descuido todo se puede ir a la mierda.

Me siento a horcajadas sobre él y le hago tragar su pañuelo, da arcadas pero no me importa. Cómo disfruto de ese brillo de pavor en sus ojos.

Paso el dedo por la afilada daga que he descubierto de debajo de mi chaqueta, la paso por su pecho desnudo, despacio y aprieto, más y más hasta que la sangre brota. Recorro su abdomen y vuelvo a cortar, el interior de sus muslos, sus gemelos, la planta de sus pies…

A los pocos minutos Indiano está cubierto de cortes por donde su sangre escapa al exterior, cae viscosa, oscura. Es una autentica belleza, pero no he terminado.

Lo arrastro hasta una fosa cercana, excavada en la fértil tierra oscura y lo lanzo dentro de un puntapié. Qué pena, la tierra se ha pegado a su sangre y ha perdido parte de su encanto.

He cogido de su caja una garrafa de sosa caústica, para que mierda escondía eso?, bueno me da igual.

Abro el tapón y voy dejando que caiga, despacio, observando cómo se come su carne mientras él se retuerce; la he vaciado entera, pero con cuidado de que nada caiga sobre su cara, quiero que mi mire, quiero ver la expresión de sus ojos cuando vea caer la tierra sobre él.

Lo voy cubriendo con ese limo oscuro, hasta que ya no sé nada de él.

El cielo empieza a enrojecer, es hora de que vuelva a la tienda, debo preparar el desayuno para las niñas.

¡Me has matado!¡Traición!¡Pero volveré, tengo sangre marciana!

Ahora que pensaba ir a por el asesino...Troyonidas, en cuanto resucite, lo pagarás!

Pues nada solo quedais 3. Me da a mi que se sale con la suya y nos mata a todos. Ya lleva una larga lista de muertes a sus hombros,ya lo que le queda...

aburría mucho, demasiado.

quería aventuras, una vida en la que la estabilidad y saber siempre lo que pasará fueron unos términos inexistentes, solo quería emociones

viajado muchísimo...en mares, montañas, cuevas, edificios antiguos, ruinas

seguir viajando en los mejores mercados y ferias para vender todo el material encontrado

La maldición nos persigue

desentierra una enorme caja, de ella extrae recuerdos

las bellas flores son delicadas, necesitan mimo, cariño y crecerán fuertes, pero al menor descuido todo se puede ir a la mierda.

Un día me marché de allí, me despedí de todos y les agradecí todo lo que habían hecho por mí, aunque no pude contarles dónde me marchaba

Así he viajado muchísimo,... buscando por todos los rincones y encontrando a veces mucho a veces nada, siendo cada viaje una experiencia inolvidable, para después seguir viajando

cuentan de cierta maldición, creo que la auténtica maldición sería no poder ir a por ella!

cualquier comodidad, ni dinero, ni joyas, ni alcohol, nada, pero por fin la tenemos.

Tengo que acabar con ellos y la primera va a ser ella, Damzel.

Quiero descansar.
- Descansar…te ayudaré.

Espero que nuestras amigas lo disfruten.  

Con cuidado abro el saco con nuestras amiguitas

todos miran acojonados a las sombras de la selva, todos murmuran

mares, montañas, cuevas, edificios antiguos, ruinas

La miro durante unos minutos, su pánico, la certeza de que nadie la encontrará y no puedo evitar sonreír.

todos tenemos un pasado, una historia, nuestros lamentos

tan dulce, tan vulnerable, tan indefensa

Camino de prisa, aturdido, sujetando mi cabeza con ambas manos, manoseando mi pelo

Su sueño se inunda de pesadillas, los oigo gemir, gritar, sollozar

la auténtica maldición sería no poder ir a por ella!

coño es una mujer!

¿como ha quedado la cosa al final? No me ha dejado meterme en todo el fin de semana

- RELATO FINAL -

Ya sólo quedábamos nosotros, los tres alrededor del fuego nos mirábamos en silencio.
Agilrosa temblaba, el miedo asentado en su rostro, frotaba sus manos con nerviosismo y miraba de soslayo, sobresaltándose con cada ruido, cada sombra, cada movimiento.

Yo la observaba, deleitándome, que débil es la mente humana. Y que fácil llevarla a la locura, papá debió darse cuenta y aprovecharlo.

Se dejo matar por alguien más inteligente que él. Ahora me alegro de no haberme criado con esa debilidad como referencia.

- Agilrosa…¡Algilrosa! – levanta la cabeza y me mira- tomate el té o acabas loca como todos los demás.
- Gra…gracias.

Veo cómo coge la taza de metal con sus manos frágiles y temblorosas, y da un largo trago a la bebida caliente, luego otro y otro más, hasta apurar la infusión. Sonrío, ya sólo queda esperar. Su final está escrito.

Los minutos pasan, veo cómo poco a poco su piel palidece, sus pupilas se dilatan y va entreabriendo la boca, el estramonio ya está haciendo efecto.

En su cabeza una pesadilla va tomando forma, sus sentidos la están comenzado a engañar, para ella todo es real, para nosotras sólo una divina comedia.

Agilrosa se ha puesto en pie, su rostro está desencajado. Llora como una niña pequeña. Es un espectáculo sublime, maravilloso.
Sus brazos acaen a los lados de su cuerpo tembloroso, inertes. De repente alza uno de ellos, despacio, su boca se abre en un grito silencioso.
Avanza hacia nosotras y comienza a gritar, desesperada. Se sacude el cuerpo como queriendo apartar un enjambre de hormigas, se golpea, se araña con furia, con desesperación. Agarra una garrafa de aceite, que hemos dejado a su lado y se unta con él.

En su baile nos obliga a levantarnos de nuestras sillas, ha caído a la hoguera y su ropa, manchada de aceite ha prendido. Las llamas lamen su piel, ennegreciéndola y un olor a carne quemada inunda el campamento.

En su desesperación, busca en el suelo algo que le ayuda a terminar con eses seres que su imaginación la hacen creer su enemigo, ajena al verdadero peligro.

Sus manos encuentran una lasca afilada, la acaricia y en un último intento de salvarse se limpia con ella.

No puedo evitar reír a carcajadas, la muy incauta está desgarrando su propia piel, sus brazos están cubiertos de sangre, su cara desfigurada.
Ha caído de rodillas, frente a nosotros, exahusta.

En sus ojos veo un hilo de cordura, nos reconoce y en el último instante de su vida es consciente de todo. Pero ya es demasiado tarde, sus heridas son mortales, no hay solución.

- Por…qué…
- ¿Qué porqué?, porque ninguno de vosotros supisteis ver el verdadero valor de la reliquia, yo misma estaba equivocada pero ella me enseñó la verdad y ahora buscaré a otros, que en su enorme vanidad la hayan menospreciado.

La miro por última vez a los ojos, no puedo evitar sentir desprecio por ella y por todos los que vinieron a este lugar, por aquellos que no la supieron valorar, por los que querían venderla, por los que sólo querían emociones nuevas, sin ni siquiera reparar en su importancia.
Ahora todos están muertos…bueno, no todos. Queda él, aún es débil, pero sé que la reliquia le infundirá fortaleza, le hará ver la verdad que se esconde, el honor de derramar sangre en su nombre.

Espero que no flaquee, que sepa lo afortunado que ha sido, al mínimo signo de debilidad acabaré con él. Y en ese momento, todo esto sólo habrá sido un juego comparado con el dolor que va a sentir.

- RELATO 1 -

- RELATO 2 -

- RELATO 3 -

- RELATO 4 -

- RELATO 5 -