Juego del asesino: La maldición de la reliquia perdida. [SOLUCIÓN, PÁGINA 20]

Mi abuelo siempre me contó como mi padre se perdió en esta misma selva.

Como cambio todo el día que aquel extraño hombre le visitó en su despacho de la facultad y  le entregó aquel libro que se convirtió en su obsesión y que hizo que abandonase su hogar, su familia y a mí.

Se fue en busca de unas de las reliquias más perseguidas y se esfumó. Sólo encontraron aquel viejo libro.

Yo sólo tenía 9 años cuando aquello pasó no le guardo rencor, al fin y al cabo, eso me llevó a doctorarme en arqueología e historia antigua en la universidad de Bolonia.  Ahora soy yo la que está aquí, con ese mismo libro en las manos...

Lo tildaron de loco, yo sabía que no era cierto, ahora se lo podré demostrar al mundo.

No puedo quitármelo de la cabeza, por unos años pensé que nunca mas volvería a oír hablar de ello, ¡pero que ingenuo soy joder! Como si la codicia humana se pudiera contener. Pensé que no me encontrarían, que me habían perdido la pista, que no la encontrarían a ella.. mi pequeña. Condenado a una vida sin verla, creí que eso seria suficiente, ¡Joder que imbecil! Debí haberme quitado la vida aquel maldito día, haber dejado que me mataran, lo merecía.. todo mi equipo había muerto, los mejores hombres del cuerpo, ya no me quedaba nada, ni los ideales que me llevaron a alistarme durante la guerra de Corea, ni los méritos y estrellas que lucían en mi pecho y que hacían doblarse hasta a los mejores generales ante un sargento mayor. Solo quedaba el miedo, por eso sobreviví, por miedo.

Ya no hay nada que hacer, tengo que volver o la matarán, esos malditos sádicos la cortarán en pedazos si no guío la expedición y esta vez vuelvo con la reliquia. Poco les importan esos incautos que se han creído sus milongas, pobres...no saben lo que nos espera, no dejarán que salgamos de esa selva, es demasiado importante para ellos, nadie vuelve de allí y menos con la reliquia.

Doy el ultimo trago de Jack, noto el sudor frio recorriendo mi espalda... relleno mi petaca y apuro el cigarro que se consume entre mis dedos, ya están aquí.
Bajando la escalera siento el miedo, tengo que calmarme, la situación es inevitable, tengo que conseguir la reliquia, es la única opción de salvar a mi pequeña.
Salgo de la casa, hay un Lincoln aparcado con dos hombres dentro, me "invitan" subir, ya sé lo que va a pasar, cloroformo y despertaré en aquella maldita selva.

Qué puta es la vida, y qué puto es el juego.

-"Escalera real"-
Aún recuerdo esa jodida frase que me arruinó la vida. Llevaba una mala racha, pero por fin en mi mano tenía aquel par de cartas que me sacarían de la mierda. Aquella era mi jugada maestra para remontar. Llevaba semanas perdiendo dinero a raudales y parecía que mi suerte, por fin, había cambiado.
Sólo por sentarme en aquella mesa había pagado una millonada, jugar fuerte era la única manera de recuperarme, y estaba a punto de hacerlo.
-"All-in"- dije sonriendo por dentro. La posibilidad de que alguno de los que quedaban superara mi figura eran bajas. Tan bajas que ni siquiera valoré ese minúsculo porcentaje. Tres incautos lo igualaron, pensarían que iba de farol...
-"Vaya primos"- dije para mis adentros.

En ese momento, creyéndome ganador, volqué mis cartas sobre la mesa con una sonrisa de oreja a oreja.
Se quedaron blancos cuando vieron mi escalera de color. Algunos tiraron sus cartas con rabia sobre la mesa.
"Qué cabrón", seguro que pensaron.
Me estiré hacia el montón inmenso de fichas que se había formado en el centro con las manos abiertas, como el que encuentra agua en el desierto después de una larga caminata, pero justo antes de tocarlas...

- Espera...-
En ese momento, aquel payaso, abrió en abanico sus cartas. A y K de picas.
Estaba fuera.
En 10 segundos lo había perdido todo. TODO.

Deambulaba por la calle, medio borracho y sin rumbo. ¿Dónde iba a ir un fracasado como yo?

Caminaba detrás de un señor mayor con un puñado de carpetas bajo el brazo. Me llamó la atención su peculiar forma de andar, parecía llevar prisa... justo lo contrario que yo, que no tenía a donde ir.
Cruzó con el semáforo en rojo, sin mirar siquiera, la Avenida 23.
Fue entonces cuando me percaté de que uno de aquellos dossieres se le había caído en la acera. Lo recogí pero cuando levanté la vista ya no quedaba ni rastro de aquel hombre barbudo.

Lo abrí. Hablaba de una... ¿expedición para encontrar una valiosísima reliquia?.
No podía ser cierto, esas cosas sólo pasan en las películas.
Pero... ¿y si lo era? ¿y si era esa mi jugada maestra?

Nací y crecí en una buena familia, no eran los más ricos, pero eran buena gente y nunca me faltó nada, tenía apoyo en todo, buenos amigos, una casa acogedora, un buen trabajo y todo lo que uno puede desear, pero me aburría mucho, demasiado.

Un día me marché de allí, me despedí de todos y les agradecí todo lo que habían hecho por mí, aunque no pude contarles dónde me marchaba, quería aventuras, una vida en la que la estabilidad y saber siempre lo que pasará fueron unos términos inexistentes, solo quería emociones, así que me embarqué en la búsqueda y venta de tesoros varios.

Así he viajado muchísimo, he buscado en mares, montañas, cuevas, edificios antiguos, ruinas y en todos los sitios imaginables y por imaginar, buscando por todos los rincones y encontrando a veces mucho a veces nada, siendo cada viaje una experiencia inolvidable, para después seguir viajando en los mejores mercados y ferias para vender todo el material encontrado.

Ahora me han hablado de cierta reliquia y no puedo esperar en ir a por ella, a pesar de que cuentan de cierta maldición, creo que la auténtica maldición sería no poder ir a por ella!

Nací en un pueblo alejado de la ciudad,  éramos una familia feliz, mi hermana gemela, mis padres y yo, pero a los 11 años un incendio nos hizo perder a nuestros padres, y que mi hermana Angie perdiera la visión, ella paso 7 años en el hospital mientras yo lo pasaba en un orfanato, cuando ya  cumplí los 18 me informaron de que había una cura para mi hermana, pero esta era muy cara, –¬-¡¡por fin mi hermana va a volver a ver!!–Pensé, sin darme cuenta de tal cantidad.
Después me propuse ganar tal cantidad, pero pasaron 2 años de trabajos y no conseguía nada mas que unas míseras moneda que solo me daban para vivir, un poco mas, vi un anuncio en el que se anunciaba la búsqueda de un artilugio, tenia un aspecto de venderse bien, –¿podría ser esta, la oportunidad?–pensé mientras releía el cartel, pensé que como estaba ahora no podrían contratarme y me disfrace de chico, pensaba que quizás así no abusarían de mi (engaños, mentiras, sexualmente, y de otras maneras posibles) así que me dirigí al sitio de la quedada, antes de eso, llevaba siempre una foto de mi hermana en el bolsillo, me gustaba tenerla en todo momento, allí conocí a un grupo de gente, y al cabo de un tiempo todos nos pusimos en marcha.
asi es como fue que de Emili me convertí en Emir

Son los hombres los que se creen tener el control sobre mí y, de lo que no se dan cuenta es de que soy yo la que, con un simple botón desabrochado, les manejo a mi antojo.
Fue a los 21 años cuando, harta de trabajos mal pagados y de vivir en un pueblo en medio de la nada, decidí ir a la ciudad y, en poco tiempo, el dinero me rodeaba.
Ellos pagan (y no poco) por pasar la noche conmigo. Además de con dinero, también lo hacen con información. No desaprovecho ni una de las palabras que esos hombres, extasiados en mi cama, sueltan de su boca.
El 27 de Octubre fue una de esas noches. Debe ser valiosa esa reliquia de la que hablaba, porque ni siquiera me miró en las 3 horas que estuvo en mi casa, sólo tenía ojos para su móvil.

Mi nombre es Indiano Pepins, arqueólogo y conocido conductor de taxis por las noches en una ciudad bipolar de la que no quiero hablar. Podría deciros mi edad, pero la dejaré por los aires para que haya más misterio sobre mi persona, aunque puedo daros una pista sobre mi: mi madre no es de esta galaxia.
Gracias a mi mestizaje, sé con certeza que no tengo fecha de muerte, podría decir que soy casi inmortal. Casi, si no fuera por mi parte humana...

Como he dicho (anteriormente)  soy arqueólogo, cosa que viene desde jovencito. Siempre me había gustado enterrar y desenterrar cosas y cuerpos. Si los mataba,eso ya no lo diré.
Como taxista, siempre puedo descubrir novedades y seres especiales. Gracias a mi taxi puedo ir a cualquier parte del mundo, a conocer nuevas experiencias y tesoros.
No hay nada más exquisito como aquella vez que llegué al desierto Membeke, no ver nada y ponerme mi chaleco relámpago, que ilumina y me guia por cualquier lugar aunque haya sol. Impresionante. Es uno de mis objetos más preciados, con él puedo descubrir cualquier secreto enterrado en la Tierra.

Desde que me hice con él en la nave de recogida de mi familia materna he obtenido todo lo que siempre he querido, pero había algo que aún no estaba en mi poder: la reliquia maldita.
Esa jodida reliquia tenía que ser mía, tenía que comprobar cuán maldita estaba y si era capaz de afectarme de alguna forma. Una vez comprobado, podría venderla al mejor postor, y con ese dinero podría pensar en nuevos accesorios y mejoras físicas, como convertirme finalmente en un pepino.

Hola me voy a presentar: mi nombre no importa, pero podeis llamarme Roke.
naci en cuna de oro, en una buena familia, nadando en una gran fortuna. estudié en los mejores colegios y universidades suizas. me doctoré en empresariales  y dirijo las empresas familiares. En su día heredero universal de esta gran fortuna.
He disfrutado de todos los placeres y vicios de esta vida: bellas mujeres, juegos en grandes casinos, alcohol y otras sustancias que me hicieron viajar y sentir cosas imposibles de explicar. Pero todo  esto me aburrió y necesitaba otro tipo de emociones para sentirme satisfecho.
Una noche salí a dar un paseo y entré en un bar a tomar una copa, había un grupo de personas hablando y riendo, planeando una aventura, escuché unrato y me presenté siempre con cortesia,interesandome por esa aventura que tan entretenidos los tenia. Cuando me informaron de que se trataba fluyó en mi algo que nunca  antes habia sentido y me ofrecí a ayudarles en esta aventura, incluso a repartir las ganancias si encontrabamos la reliquia perdida.

Mi nombre es Nati Pou y desde bien pequeña siempre he viajado mucho debido al trabajo de mi padre. Mi madre era ama de casa,asi que no le importaba acompañar a mi padre y ver mundo allá donde fuera, y yo, por supuesto,siempre iba con ellos.
La verdad,a diferencia de lo que suelen pensar los demás niños, a mi no me importaba tener que cambiar de cole continuamente,de compañeros,ciudad...ya que siempre he sido una niña bastante reservada y algo extraña,nunca he tenido bastantes amigos,por no decir ninguno.Nunca he pasado el tiempo suficiente en ningún sitio como para llegar a abrirme con nadie,pero a mi no me importaba.
Mi madre me contaba historias sobre una reliquia perdida,algo que se lleva buscando mucho tiempo,como un tesoro,pero que nunca ha sido encontrado. Me encantaba esa historia y siempre he soñado con ser yo la que la encontrara.
Pasado un tiempo,mis padres se separarron,no voy a entrar en detalles,sólo diré que no quiero saber nada de mi padre y que con mi madre ya no tengo mucho contacto.
Siempre quise estudiarTurismo y es a lo que me dedico hoy dia,pues además de que pensé que me ayudaría a encontrar esa reliquia,(con la que sueño desde pequeña), es lo que conocí y con lo que crecí : viajes,nuevas culturas,diferentes gastronimias,idiomas...
Sigo sin tener grandes amistades,no tengo pareja,ni la quiero tener,no me gustan las relaciones,no creo en ellas,pero desde hace algún tiempo tengo una obsesión...Observar a la gente,a ello dedico mi tiempo libre,anotando cosas,incluso a veces les he seguido,siempre son hombres.
No sé a donde me va a llevar esto, ni con que fin lo hago,no se si tiene algo que ver con esa reliquia y la maldición que dicen que cae sobre ella,pero cuánto mas parece que me acerco, más obsesionada me siento.Mis pensamientos no son buenos,imagino cosas que podría hacer,cosas malas. No sé que pasará¿podré controlarme?

Convertirme en soldado profesional me destrozó la vida. Siempre me dijeron que no llegaría alto por ser mujer, y les demostré que podía luchar por mi patria mucho mejor que cualquiera de ellos. Mi patria... sabrán acaso lo que esa palabra significa, para ellos una patria tiene fronteras. Capullos. Yo siempre hice lo que me pidieron, SIEMPRE! No pueden reprocharme que me pasara al bando contrario, no después de ver lo que vieron mis ojos.  

No tardé mucho en destrozarles la vida por supuesto... nada personal, tenéis que entenderme.

Pero entonces los míos también me traicionaron. Aquello fue un accidente... hay mucho de cierto en lo que cuentan las malas lenguas, pero no todo, yo nunca mataría a alguien de  forma tan elegante. No es mi estilo.

Espero que comprendáis que no me dejaron otra opción, tuve que irme  lejos y vivo en la miseria por un tiempo.  Las ratas no son tan mala compañía como nos hacen creer, algunas incluso comparten su comida conmigo antes de convertirse en mi cena. Pero esto no es para mí, no después de todo lo que he hecho por ganarme una vida digna. Esos pobres desgraciados no saben a lo que se enfrentan, conseguiré esa reliquia cueste lo que cueste. Entonces todos pagarán por lo que han hecho.  

Lo juro.

Mi nombre es Sally Price, es un nombre que me puse yo misma devido a que me crié sola en una pequeña casa abandonada en la montaña.
Sinceramente, nunca supe lo que es sentir emociones, ya que solo siento frustracion y avaricia y no se si a eso se le puede llamar "emocion".
Desde siempre, tuve una obsesion por las cosas brillantes, como joyas o simples objetos metálicos, y por las pieles de los animales que a lo largo de los años he ido matando para alimentarme.
El otro dia, en la ciudad, en busca de alimento, vi un cartel en el que se anunciaba la busqueda de una reliquia... una cosa brillante... tiene que ser mia.
Esa cosa brillante es la ginda del pastel... con ella, ¡Podre morir en paz!

- RELATO 1 -

8 meses.
Ya llevábamos 8 jodidos meses aquí, lejos de cualquier vestigio de civilización y cualquier comodidad, ni dinero, ni joyas, ni alcohol, nada, pero por fin la tenemos.

Los he observado durante todo este tiempo, repitiendo y memorizando sus gestos, sus miradas de soslayo y ahora sé que ellos también tienen la culpa.

Tengo que acabar con ellos y la primera va a ser ella, Damzel.

¿Qué mierda hará aquí? No se lo ha dicho a nadie, tampoco me importa.

- Hola Damzel, ¿cómo lo llevas?- Me mira de reojo. La odio.
- Harta de este lugar, de la humedad, de las frutas a todas horas y de los putos mosquitos. Quiero descansar.
- Descansar…te ayudaré.

Sentir como su blanca piel se abre bajo la hoja de mi cuchillo, ver como su sangre roja mana de su cuello, es algo perturbador, pero placentero. Nunca lo hubiese imaginado así pero yo sé, mejor que nadie, que las apariencias engañan.

- RELATO 2 -

Damzel había muerto, una pena.

Yo siempre he tenido claro cuáles eran mis principios y detesto a aquellos que sólo se preocupan por la puta fachada… Siempre mirándose en su espejito y coqueteando con todos, preocupada de estar guapa y atractiva. Imbécil. Ella es la siguiente.

Espero despierto en mi tienda a que todos duerman, tengo que ser silencioso, esos soldaduchos tienen un radar así que con cuidado me camuflo en las sombras y entro en su tienda.

Diana duerme, tranquila, con la boca entreabierta. Derramo unas gotas de la esencia de belladona que he conseguido esta mañana.

Diana ha abierto los ojos y mi mira, aturdida.

- Por todos los dioses ¿Qué cojones haces…?

Sonrío, sé que está notando cómo su boca se seca, su ritmo cardiaco acelera y los músculos de su cuerpo han dejado de responderle. La dosis no es mortal, sólo va a paralizarla pero será plenamente consciente de todo.  

- Tranquila Diana, la miel tiene numerosas propiedades para piel y es un alimento exquisito. Espero que nuestras amigas lo disfruten.  

Con cuidado abro el saco con nuestras amiguitas, hormigas de fuego, y lo vacío sobre ella.

La miro durante unos minutos, su pánico, la certeza de que nadie la encontrará y no puedo evitar sonreír.

No siento rencor, al final me he dejado llevar y ¡joder esto es fenomenal!

- RELATO 3 -

Otro día en esta puta selva, rodeado de esta gentuza. Cuando acabe con todos podré irme y conseguir mis metas.

No soporto a Emir…bueno si en realidad se llama así, siempre solo, siempre aislado. Sé que oculta algo y no me creo su historia lacrimógena de la hermana. Siempre dando pena, siempre intentando crear nuestra compasión…joder todos tenemos un pasado, una historia, nuestros lamentos. Él no es especial y por eso, porque es otro mentiroso, por eso será el próximo que acabe en la tumba.

Tenía que buscar el momento adecuado y ya está aquí. Emil siempre se pierde durante unas horas todos los días, dice que necesita pensar, recordar a su hermana…

Lo he seguido, coño es una mujer! Puta mentirosa.

Noto como el odio crece en mis entrañas, un sentimiento que contrae mis músculos y crispa mi gesto, no voy a tener misericordia ni compasión, voy a hacerla sufrir.

Me acerco a ella, despacio y la he golpeo con una piedra en la cabeza, un fuerte crack suena en el este espeso silencio, pero necesito más, no es suficiente.

Voy a destrozarla hasta que nadie sea capaz de reconocerla, así que dejo caer la piedra una vez, otra y otra más. Su cráneo se ha abierto, su masa encefálica se ha esparcido por el tapiz musgoso, me ha salpicado en la cara, su sangre brillante mancha mi ropa y yo me siento más vivo que nunca.

Ya no puedo parar. No sé cómo hacerlo. Tampoco lo deseo.

- RELATO 4 -

Todos están inquietos.

Puto Txemi, su desaparición no me la esperaba, pensaba que estaba algo más cuerdo…pero me equivoqué. Ahora estoy seguro de que no puedo fiarme de ninguno.

La paranoia ha inundado el campamento, todos miran acojonados a las sombras de la selva, todos murmuran, como si hablando entre susurros la maldición no los pudiese oír. Son unos capullos.

He llegado a pensar que quizás tenía razón, quizás es la maldición la que me lleva a matar, no había experimentado nunca esta clase de emoción, esta motivación y ese placer al ver el miedo y el dolor en los ojos de otras personas. Se ha convertido en una nueva obsesión.

Y mientras pienso en todo esto, reparo en como la pequeña Sally coloca un ramo de dulces florecillas rosas en la tienda de Txemi.

Sally, Sally…tan dulce, tan vulnerable, tan indefensa, es como un pequeño cordero perdido en el desierto, no debería estar aquí, no debería sufrir.

– ¿Sally me acompañarías a buscar agua?

–  Por supuesto – me dice mientras me sonríe.

Nos adentramos en el bosque, nadie ha visto como nos vamos y ella no para de parlotear. No la soporto más, me está revolviendo el estómago con su voz. Me he quedado rezagado.

–  Oye Sally, una pregunta, no sabrás como ha de matarse a un cordero para que no chille no?

– Sí, por qu…¡Aghggggggh!

He clavado una fina y larga daga en su costado derecho, He perforado uno de sus pulmones, en minutos la vida se escapara de su cuerpo pero no tengo bastante.

La arrastro hasta la espesura y la ato al tronco de un enorme árbol. Inmovilizada y débil sólo puede sollozar.

Secciono la piel de sus empeines, desgarrando lentamente hasta las rodillas. Puedo ver cómo su grasa brilla bajo el sol, blanquecina. Sus músculos tienen un color carmesí. Nunca imaginé que un cuerpo desnudo fuese así.

Sally está intentando gritar pero sus pulmones se están encharcando; desprendo la daga, lentamente. Juego con ella, la hago brillar bajo el sol y con un movimiento rápido abro su vientre, sus tripas se resbalan hacia el suelo y quedan esparcidas entre sus piernas.

Su sangre lo mancha todo, y se mezcla con el sudor que inunda mi frente. Me aburro, necesito que esto sea más divertido, más estimulante.

Camino de prisa, aturdido, sujetando mi cabeza con ambas manos, manoseando mi pelo. No quiero sentirme así, con Sally todo ha sido demasiado rápido, demasiado fácil, un juego de niños.

Espera, ¿qué es eso?, consigo focalizar mi vista en una planta que crece junto a un tocón, las imágenes inundan mi mente. Otra vez calma, ya sé lo que voy a hacer.

- RELATO 5 -

La maldición nos persigue, nos acecha. Nos susurra en la oscuridad.

Cada día que pasa la desconfianza es mayor, nos miramos cautelosos, ya nadie se queda solo; únicamente cuando el sol se esconde, cuando la noche cae nos retiramos a nuestras tiendas. En silencio.

Estoy seguro de que ya no duermen en paz. Su sueño se inunda de pesadillas, los oigo gemir, gritar, sollozar. Son patéticos.

Pero hay algo, un sonido se repite cada noche, alguien sale de su tienda y se adentra en la selva.

Ahí está, sus botas crujen bajo los plásticos que nos protegen de la humedad. Espero y salgo. Puedo ver cómo una sombra se aleja. Esta noche descubriré quién es y qué cojones hace todas las noches con disciplina militar.

Nos adentramos cada vez más en la espesura, sólo iluminados por el brillo blanquecino de la luna, cuando el espectro se gira y… Puto Indiano, ¿qué ocultas?

Indiano se ha agachado, retira unas hojas y desentierra una enorme caja, de ella extrae recuerdos de cada uno de los que ya no están, los mira con deleite, son recuerdos. Hijo de puta.

La ira recorre mi cuerpo y eriza mi piel, he comenzado a sudar, sé lo que tengo que hacer.

Me acerco a él, despacio, de frente. No tengo miedo a ocultarme, no va a regresar al campamento.

Indiano me mira, alzando los ojos lentamente y sonríe.

- Sé que vienes a matarme, arderás en el infierno.

- Chico listo…

Lo he golpeado en la sien con la pesada tapadera de la caja, pierde el equilibrio y cae al suelo, un fino reguero de sangre emana de su oído derecho. Indiano es fuerte así que me apresuro a vaciar en su garganta la botella de Jack Daniel que había guardada y lo amordazo.

-  Qué… vas…a hacerme…

-  Indi, Indi, tú mejor que nadie deberías saber que las bellas flores son delicadas, necesitan mimo, cariño y crecerán fuertes, pero al menor descuido todo se puede ir a la mierda.

Me siento a horcajadas sobre él y le hago tragar su pañuelo, da arcadas pero no me importa. Cómo disfruto de ese brillo de pavor en sus ojos.

Paso el dedo por la afilada daga que he descubierto de debajo de mi chaqueta, la paso por su pecho desnudo, despacio y aprieto, más y más hasta que la sangre brota. Recorro su abdomen y vuelvo a cortar, el interior de sus muslos, sus gemelos, la planta de sus pies…

A los pocos minutos Indiano está cubierto de cortes por donde su sangre escapa al exterior, cae viscosa, oscura. Es una autentica belleza, pero no he terminado.

Lo arrastro hasta una fosa cercana, excavada en la fértil tierra oscura y lo lanzo dentro de un puntapié. Qué pena, la tierra se ha pegado a su sangre y ha perdido parte de su encanto.

He cogido de su caja una garrafa de sosa caústica, para que mierda escondía eso?, bueno me da igual.

Abro el tapón y voy dejando que caiga, despacio, observando cómo se come su carne mientras él se retuerce; la he vaciado entera, pero con cuidado de que nada caiga sobre su cara, quiero que mi mire, quiero ver la expresión de sus ojos cuando vea caer la tierra sobre él.

Lo voy cubriendo con ese limo oscuro, hasta que ya no sé nada de él.

El cielo empieza a enrojecer, es hora de que vuelva a la tienda, debo preparar el desayuno para las niñas.

Apuntados. Y Troyonidas también.  

Damzel dijo:

Apuntados. Y Troyonidas también.  

Ah, ¿si?  

Tengo las horas contadas...

Venga va, me apunto. Lo que ando liada de curro y espero tendre tiempo, si veis que no ya sabéis, me borráis   nunca he jugado, a ver si me entero!