Historia del Afgano
En su origen se mezclan los relatos y las leyendas, pero se le sitúa en las estepas orientales y se extienden posteriormente mediante los pueblos nómadas. Pequeños detalles nos acercan a diferentes épocas, como las piezas arqueológicas del norte de Irak, cuya antigüedad es de seis mil años, y donde se pueden diferenciar unos cuantos galgos parecidos al Saluki actual. Antes del Neolítico no se encuentran referencias, así que se sitúa su origen en torno a ocho mil años antes de nuestra era.
La raza se introduce en Occidente gracias a los británicos, quienes llegaron a Afganistán, procedentes de la India, hacia 1839.
En 1880 se presentó en Inglaterra el primer ejemplar de Afghan Hound, aunque en realidad era un Pastor Afgano; se llamaba «Khelat» y era propiedad del señor Tauton, este ejemplar era blanco y negro, con el rabo cortado y parecido a un Bobtail. Poco a poco fueron mostrándose más ejemplares, como «Kush Ki», que era blanco y crema, o «Roostman», al que se cruzó con «Motee», del señor Tufnell, y nació el que sería considerado como un verdadero Afgano: «Rajah II».
Después de la I Guerra Mundial se importaron varios ejemplares. El mayor Bell-Murray y Jean Manson, fundadora del primer criadero de la posguerra, trajeron un perro dorado oscuro con máscara negra, otro de color crema y uno leonado claro con máscara negra; así como cuatro hembras, cuyos colores eran crema, leonada, leonada con máscara negra y atigrada oscura. Su prestigio hizo que exportaran a Holanda el ejemplar «Begun of Cove», base del criadero Barukhzy, de la señora Jurgeling.