El perro y el lobo, por Carlos Alfonso López García

EL PERRO Y EL LOBOHoy está probado que el perro y el lobo son dos eto-especies diferentes que descienden de un antepasado común, que en un momento indeterminado empezaron a separarse y adquirieron pautas de conducta independientes. El uso de homologías entre ambos debe manejarse con cuidado y limitarse a tomar datos de apoyo y no ser la única ni la principal fuente de información para llegar a conclusiones sobre ninguna de las dos especies. Las principales diferencias entre perros y lobos son: 1. La diferencia primera, y la que en buena parte marca que las demás sean posibles, es la perdida del carácter desconfiado por parte del perro. El lobo es extremadamente tímido y asustadizo ante las situaciones desconocidas, mientras que el perro es una especie muy confiada y con facilidad para asumir nuevas situaciones. Puede discutirse el motivo de esta diferencia (selección humana, selección natural…) pero no que sea así. 2. La forma de aprender es también muy diferente: Los lobos tienen una mayor capacidad para aprender por observación y desarrollan estrategias de afrontamiento mediante la comprensión del problema más frecuentemente. Muestran más facilidad para el aprendizaje cognitivo que los perros, por contra, son extremadamente poco adiestrables mediante sistemas operantes. Los perros tienen una capacidad de aprendizaje por condicionamiento infinitamente superior a la de los lobos pero su forma de actuar ante problemas es mucho menos cognitiva, los procesos cognitivos de los perros no son tan eficaces como los de los lobos y por ello los perros son menos resolutivos. Esta diferencia está determinada por la perdida de la timidez por parte del perro doméstico, se ha demostrado que zorros seleccionados para estar en contacto con los hombres además de la característica buscada de domesticidad mostraban esta misma tendencia: más capacidad para el condicionamiento operante y menor afrontamiento cognitivo de los problemas. Suponemos que esto sucede porque cuando una especie es tímida su principal interés en una situación nueva es salir del problema, buscar la seguridad, esto afina las capacidades de comprensión de dichas situaciones. Si por el contrario la nueva situación no es percibida como potencialmente peligrosa el animal será capaz de recibir las informaciones positivo-negativo que permitirán optimizar el entorno adaptando y creando nuevas conductas. Este es el primer punto donde hablaremos de una de las mayores capacidades del perro doméstico y prácticamente su seña de identidad: la plasticidad. Si una especie aprende nuevas conductas por condicionamiento operante puede adaptarse y hacer viables muchos más entornos. El lobo es mucho menos adaptativo a los cambios de su medio que el perro, por el contrario el perro requiere un medio más seguro para desenvolverse. La cognición de los lobos era sustituida por plasticidad conductual en el perro. 3. La siguiente diferencia es la plasticidad de las conductas innatas o instintivas, en el lobo son muy fijas y determinadas pero en el perro la práctica totalidad de ellas (las que muestran complejidad conductual suficiente para serlo) son adaptables hasta límites realmente impresionantes. Un lobo no cazaría una pelota o una manga de protección, y desde luego no lo preferiría a una presa de verdad: un perro sí. Las conductas instintivas en el perro vienen muy abiertas al moldeado. 4. Lo anterior nos lleva directamente a un punto delicado: la organización social. Si todas las conductas instintivas complejas del perro son moldeables y la conducta social es una de ellas el silogismo es evidente: la conducta social del perro también es muy plástica. Frente a la muy normalizada socialización del lobo, el perro puede desarrollar diferentes formas de relación para la convivencia. De hecho el periodo crítico de socialización se alarga de la tercera semana del lobo hasta la octava o duodécima, según tomemos la impronta o todo el periodo de socialización como fecha límite. Los lobos socializados aceptan a las personas dentro de su grupo en tanto estas sigan fielmente las normas de dicho grupo, la incompetencia social del humano puede traerle consecuencias serias. Los perros, como luego veremos con detalle, tienen muy pocas normas de socialización en comparación con los lobos y aún estas son mucho mas adaptables. CÓMO Y POR QUÉ GENERA CONDUCTA UN PERRO Todo lo que un perro hace es conducta, y todo está hecho por algún motivo. Si queremos especializarnos en la conducta canina antes de intentar trabajar sobre ella debemos saber cual es su génesis. El perro genera conducta por dos mecanismos principales: la satisfacción de conductas innatas y la adaptación a nuevas situaciones. Por supuesto ambas se solapan y funcionan en sinergia. Pero para conocer la estructura de la conducta nos interesa estudiarlas por separado. - La satisfacción de conductas innatas: Consideramos como innata aquella conducta que el perro trae preprogramada para responder a determinadas situaciones: la caza, la conducta social y muchas otras pertenecen a este grupo. Estas conductas facilitan el mantenimiento y homeostasis del perro y por ello su supervivencia. Cuando alcanzan un cierto grado de complejidad, como ya hemos comentado, son profundamente plásticas y necesitan ser modeladas en un sentido u otro para alcanzar una madurez funcional y resultar útiles, de hecho muchas de ellas puede llegar prácticamente a desaparecer si no se entrenan durante el periodo de socialización. Normalmente buena parte de la selección artificial del perro se hace en base a estas capacidades, pues marcarán lo que el perro puede y no puede aprender. Lo más interesante de este tipo de conducta es que se ha demostrado que en algunos casos son autosatisfactorias: no se necesita más recompensa que estar haciéndolas. El perro que persigue liebres por el campo no necesita el refuerzo de cazar alguna, sin llegar siquiera a tocarlas es muy probable que mantenga esa conducta toda su vida: es autosatisfactorio, los perros disfrutan de poder desplegar ese potencial innato y darle rienda suelta. Esta capacidad de diversión es más importante en perros que en lobos, pues en los perros muchas veces habremos seleccionado conductas hipertrofiadas y luego modelado tanto el comportamiento que al final no sería adaptativo para el fin original (como el perro de pastor que no llega nunca a cazar a ninguna oveja, o el de muestra que no pasa de la fase de acecho). Si estás conductas no generaran una sensación placentera sencillamente dejarían de hacerse, sin embargo los perros se muestran entusiasmados ante la perspectiva de poder realizarlas. No se pueden obviar estas capacidades innatas al hablar de la conducta de un perro, no todos los perros aprenden igual ni pueden aprender lo mismo. - La adaptación a situaciones nuevas: El perro además de ser capaz de adaptar sus conductas innatas a múltiples situaciones también está muy bien preparado para crear conductas como respuesta a situaciones nuevas. Su herramienta es su capacidad de aprendizaje. Ninguno de los dos puntos anteriores por sí solo es una explicación suficiente a la forma de actuar del perro, por ello hemos de tomar en cuenta esta bidimensionalidad de la conducta canina para entender las causas profundas de la conducta de nuestro perro. CONDUCTA SOCIAL El perro tiene una conducta social instintiva mucho menos definida y rígida que el lobo, que además la selección humana ha llevado en diferentes direcciones según las necesidades utilitarias de cada situación. Pero sí sabemos fehacientemente que hay un mínimo común denominador innato que aparece en los perros : - Pautas de dominancia-sumisión: La capacidad del perro para integrarse en un sistema jerárquico se ha demostrado por los múltiples trabajos en los que se socializaban perros con otras especies y, pese a no tener modelos de aprendizaje, exhibían pautas de dominancia y/o sumisión ante estos otros animales como parte de su forma de relacionarse con ellos. La dominancia/sumisión regula el acceso a recursos, la capacidad de tomar decisiones referidas al grupo social, así como la implicación en su defensa. - Capacidad/necesidad de establecer vínculos afectivos: El perro tiene la capacidad de establecer vínculos afectivos y, de hecho, necesita hacerlo para completar su desarrollo emocional. Esta capacidad afectiva se mantiene a lo largo de toda su vida. - Facilitación social: El hecho de que los demás miembros del grupo realicen un comportamiento hará que se facilite que un perro la inicie o aumente su motivación e interés hacia dicha conducta. - Capacidad de adoptar estrategias sociales: El perro es capaz de realizar acciones coordinadas en conjunto con su grupo social, pudiendo adaptar su conducta individual a las variaciones que la actuación de sus compañeros hagan conveniente. Estas conductas sociales pueden tener un fin principalmente lúdico, sin aportar al grupo ningún otro beneficio que el de participar en ellas. Estas pautas instintivas pueden desarrollarse en mayor o menor medida dependiendo del ambiente en que el perro se desarrolle durante el periodo de socialización. Las destrezas sociales se modelan durante el periodo de las tres a las dieciséis semanas, durante las cuales el cachorro tiene una máxima predisposición, esta predisposición está vinculada a la pulsión afectiva que le hace necesario y placentero relacionarse. El perro por su plasticidad adaptará su forma social (dentro de unos límites) a la que le ofrezcamos, eso le dará la oportunidad de optimizar su ambiente e integrarse en él. Se ha comprobado que los comportamientos de dominancia y sumisión aparecen y se modelan (no se crean ) durante este periodo, si se obvian quedarán atróficos e ineficaces.

Basados en 35 años de investigación, los biólogos Raymond y Lorna Coppinger proponen en su libro una visión fresca y novedosa sobre la evolución de los perros. En este libro, los autores proponen ideas revolucionarias sobre la adaptación de los perros a la vida con los humanos y cómo esta adaptación influyó en el desarrollo de nuevas conductas y razas caninas.El libro explica de forma sencilla, aunque extensa, las adaptaciones conductuales de cinco tipos de perros: los perros vagabundos de los poblados, los perros guardianes del ganado, los perros de trineo, los perros de pastoreo y los perros usados como mascotas. Entre estas explicaciones también se encuentran referencias a los perros de caza.El tema central del libro es la evolución del lobo al perro. Los Coppinger creen que los lobos no fueron domesticados por los humanos, sino que evolucionaron en perros carroñeros mucho antes de asociarse con nuestra especie. Por tanto, los seres humanos habríamos domesticado a un animal que ya no era lobo, sino perro.Esta propuesta de los Coppinger desecha la idea de que los perros evolucionaron después que algunos lobos fueron domesticados por humanos. Esto por supuesto, también elimina muchas de las ideas predominantes en el adiestramiento de perros, como la idea del perro alfa (aunque éste no es un libro sobre adiestramiento).Los argumentos propuestos en este libro son muy interesantes y tienen mucha fuerza, especialmente porque muchos de esos argumentos pueden verificarse por simple observación de perros en ambientes rurales o en comunidades indígenas, especialmente de países en desarrollo.Uno de los puntos principales para considerar que el perro evolucionó como tal antes de asociarse con los humanos es el hecho de que las nuevas especies aparecen porque la evolución afecta a las poblaciones, no a los individuos. Un aspecto que tanto veterinarios como biólogos deben tener siempre presente.Por supuesto, también hay muchos aspectos que quedan sin explicación por parte de los autores. De cualquier manera, los aportes de este libro son significativos y conducen a repensar las ideas preconcebidas sobre el origen de nuestras mascotas y de sus conductas.Lo que sí queda claro es que las propuestas de este libro pueden cambiar para siempre la idea que tenemos sobre los perros.