Quiero ser Adicto
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Sexo: Hombre
Edad: 69 años
Provincia: Ica
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Publicado: Sunday 28 de November de 2010, 19:39
Hola amigos, después de tiempo he vuelto a ingresar al Foro, y esta vez para contarles lo ocurrido el 04 de Octubre, cuando por órdenes de mi suegra y de mi esposa y bajo amenazas de excomunión , tuve que llevar a mi perro “Hachi”, cruce de Chow Chow y Siberiano, de color beige, a la Iglesia de San Francisco de Asis, para la bendición sacerdotal por el día de la mascota, ese día muy temprano, mi emocionada suegra me indica que la bendición de las mascotas se llevaría a cabo a las 12:00 horas en el patio de la Iglesia de San Francisco de Asís y que debía llegar temprano con “Hachi” para que el cura pudiera echarle bastante agua y así asegurar el efecto cabal de la bendición en “Hachi”, así es que luego de peinarlo convenientemente y ponerlo “guapo”, salí directo a la Iglesia de San Francisco de Asís a cumplir con el mandato de mi suegra y de mi esposa, a quienes no podía resistirme por las advertencias o amenazas de que iba a ser excomulgado, llegando a las 11:30 aproximadamente al patio de la Iglesia, lugar en donde había ya buena cantidad de perros, gatos, loros, iguanas, un alacrán en un envase de vidrio, una araña inmensa de colores con su tela de araña en un envase grande de vidrio, entre otros, cada mascota adornada convenientemente con listones de colores y otras chucherías propias de sus dueños; por mi parte conociendo el carácter de “Hachi”, opte por mantenerme un tanto alejado hasta que el cura saliera a realizar su trabajo.Llegada casi la hora del evento sacro, empecé a acercarme hacia las escaleras que dan a la Iglesia para ubicarme en un buen lugar y asegurar de esa manera el sacramento, sin percatarme que “Hachi” le había echado una miradita a un gato color amarillo con blanco que había sido adornado sabiamente por su propietaria con un listón rojo y lo llevaba muy orgullosa en sus manos protegiéndolo, de un momento a otro y al estar suficientemente cerca “Hachi” dio un salto y cogió por la cola al gato jalándolo hacia abajo, con el consiguiente grito del gato y también de la propietaria que por acción del jalonamiento había sido arañada por su mascota, empezando a manarle sangre del antebrazo izquierdo y la puesta en fuga del gato que se salvó por acción de la cadena con la que llevaba sujeto a “Hachi”, gato que al huir lo hizo corriendo por entre los otros perros, quienes también se contagiaron de la travesura “Hachiana”, motivando las reacciones agresivas de ellos y el consiguiente bullicio perruno en plena puerta de la Iglesia de San Francisco de Asis, momentos previos al sublime acto de la bendición animal.Ese momento se tornó sumamente difícil para mí, dado que los perros que hasta ese momento habían demostrado mucho equilibrio, también quisieron hacer de las suyas empezando a amenazarse mutuamente y de querer atacar también a los otros gatos que estaban por ser bendecidos, viéndome en la necesidad de disculparme con mucha humildad y sumisión con todo el que nos quería coger a golpes, pero finalmente la paz, la cordialidad y el amor al prójimo vencieron y me permitieron que “Hachi” tuviera acceso a la bendición sacerdotal, acercándome hacia el sacerdote que había presenciado todo lo ocurrido, y me observaba bastante molesto, así es que me apersone lentamente llevando orgulloso a mi angelito, colocándolo de manera que estuviera frente a frente con el hombre de dios , el mismo que primero lo observó y me pregunta por su nombre y raza, para seguidamente levantar el artefacto que usan los curas para lanzar el agua bendita dirigiéndolo hacia “Hachi”, quien lo miraba fijamente, a la vez que se escuchaba de labios del cura algunas palabras alusivas al acto que nunca he logrado descifrar.Como comprenderán en ese instante me sentía emocionado por el hecho que mi perro ya bastante mayor, iba a ser bendecido por un sacerdote de verdad con todos sus implementos y que además me estaba salvado de ser excomulgado; pero una vez más “Hachi” haciendo gala de su incansable mal humor, al notar que el cura tenía la mano levantada sosteniendo en su mano ese aparatito, y que la dirigía hacia él, se lanzó en contra del sacerdote mordiéndole la túnica que portaba para el acto sacro, haciéndolo retroceder varios pasos en forma defensiva, lo que ya puso de muy mal humor al sacerdote, quien lejos de echar el agua bendita a “ Hachi”, me la arrojo a mí en el rostro mojándome hasta la camisa, a la vez que decía” EL PERRO Y EL DUEÑO NECESITAN LA BENDICIÓN, TU PÁSALE UN POQUITO DE AGUA BENDITA A TU PERRO”, lo cual causo gran risa a los presentes y mi consiguiente ingreso al mundo espiritual de manera imprevista e inusual. |