Como muchos de vosotros bien sabéis, la vejez depende de muchos factores, tales como la raza, peso, tamaño y cuidados.
Dependiendo del
peso podemos decir cuando entra cada raza en la vejez.
Los perros de hasta
10 kg lo harán a los ocho de vida.
Los de, entre
10 y 25 kg, serán ancianos a los 7.
Entre
25 y 40 kg a los 10 años.
Y más de
40 kg a los 5 o 6 aproximadamente.
Al entrar en estos parámetros es conveniente tener en cuenta ciertas “atenciones”, o quizá sería mejor decir más atenciones de las que tenemos habitualmente con nuestras mascotas.
Las
visitas periódicas al veterinario no están demás ya que su sistema digestivo puede estar algo más delicado y tener problemas gastrointestinales, en esta época notareis que la comida humana que muchas veces le damos como premio por alguna circunstancia veremos que no le sienta especialmente bien y le produce diarrea. Lo mejor en estos casos es darle sólo su pienso de siempre aunque nos mire con esos ojitos pidiendo algo más.
También puede tener perdida de
visión o auditiva, por lo que como os dije en un principio el veterinario siempre puede contrarrestar los síntomas o aliviarlos lo mejor posible.
También notareis que se ha vuelto más cariños@, tened paciencia aunque estén algo pesadit@s y dadle alguna caricia extra, ya sabéis lo que lo agradecerán.
El lado opuesto es que al llegar a esta edad, el perro cariñoso que hasta ahora había convivido con nosotros se ha vuelto más solitario y menos necesitado de mimos, si buscan tranquilidad lo mejor es respetarlos y no ser nosotros los pesaditos que estamos deseando achucharlos.
En cuanto a los cambios de
conducta relacionados podréis percibirlos en;
Ya no aguantan al paseo y se orinan o defecan en casa.
No quieren salir o pasear.
Duermen más durante al día y menos durante la noche.
No reconocen a gente conocida.
No toleran muchos mimos.
Suelen volverse más intransigente con los niños.
El
sistema nervioso central suele deteriorarse con lo cual provocará un cambio de memoria, por lo que antes algo que les parecía agradable ahora ya no lo es o al contrario.
Con los fallos de sus fuerzas y reflejos suelen volverse más temerosos en todas sus acciones, por lo que activan instintos que pueden tener una respuesta a determinadas situaciones que no nos parezcan del todo correctas, como un pequeño mordisco por algo que antes ni se solía inmutar.
Por estas razones debemos de comprender y perdonar algunas reacciones de nuestros compañer@s, darles todo el amor de mundo ya que huelga decir que lo merecen, el que le demos y mucho más. Y acompañarlos de la mejor manera posible en los últimos años con nosotros.
Montse Arias
Redacción perros.com