Como todos habréis leído en estas últimas horas, España se encuentra ante el primer caso en Europa de contagio de ébola, concretamente una auxiliar de enfermería que estuvo en contacto con una de las víctimas repatriadas de esta enfermedad.
Pues bien, esta auxiliar, llamada Teresa, y su marido, Javier, que se encuentra también en cuarentena, tienen un perro llamado Excalibur, de 12 años, al que han decidido sacrificar por haber estado en contacto con su dueña, ante el riesgo de que pueda estar infectado por el virus.
En un primer momento, el director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid, Julio Zarco, se ha puesto en contacto con el marido de la infectada para informarle de que se iba a proceder al sacrificio de Excalibur.
Sin embargo, pesar de la negativa del dueño para facilitar la muerte del perro, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha emitido una resolución, ratificada por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Madrid, para sacrificarlo y proceder al traslado y posterior incineración del cadáver del animal.
PACMA ha podido hablar con Javier y les ha suplicado que le ayuden a paralizar el sacrificio de Excalibur.
Por ello, PACMA solicita que se aísle al perro en cuarentena y se le realice un análisis de sangre, tal como recomienda Guadalupe Miró, responsable de consulta de infecciosos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, con el objetivo de saber si ha sido contagiado. No existe ninguna razón para sacrificar a un animal sano.
Por ello, se insta a las autoridades a que establezcan las medidas sanitarias y de seguridad necesarias para poder diagnosticar al perro y saber si está o no infectado por el virus, ya que las posibilidades de que el perro haya podido enfermar por la convivencia con su propietaria son las mismas o menos que para el resto de su entorno, es decir, los familiares y amigos cercanos, según la forma de transmisión del virus.
No existe ningún caso diagnosticado en el mundo de transmisión del virus de animales a humanos, ni tampoco ningún cánido diagnosticado por ébola.
Por otro lado, tal y como recoge ElPais, el mayor experto mundial en el papel de los perros en los brotes de ébola, Eric Leroy, director general del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville, en Gabón, indica que “No hay que matar al perro, porque es importante desde el punto de vista científico”.
Leroy es el principal autor del único estudio sobre el tema, que analizó a posteriori un brote de ébola en Gabón entre 2001 y 2002.
Su estudio en Gabón investigó una zona epidémica, con perros asilvestrados que llegaron a comer animales salvajes con alto riesgo de estar infectados, como simios y murciélagos de la fruta. En pueblos de Gabón en los que se habían registrado casos humanos de ébola por contacto con animales salvajes, el 32% de los perros presentaba anticuerpos específicos contra el virus, aunque el Instituto de Investigación para el Desarrollo de París publicaba en un comunicado en 2005 que "Estos animales domésticos pueden por lo tanto infectarse y excretar el virus durante un periodo determinado, convirtiéndose así en una fuente potencial de infección para el ser humano".
Sin embargo, subraya también Leroy, “fue un estudio a posteriori, en Madrid tenemos un posible caso activo del que podemos aprender muchas cosas, como si los perros efectivamente representan un foco de infección en los brotes de ébola”. Conocer el papel de los canes en las epidemias del ébola es fundamental, porque las aldeas africanas afectadas están llenas de perros, añade este experto en enfermedades emergentes.
A juicio de Leroy, si se comprueba que Excalibur no está infectado, basta con liberarlo. Y si está contagiado por el ébola, “se va a recuperar y cuando esté curado habrá eliminado completamente el virus”.
“Al perro de Madrid hay que aislarlo, hacerle un seguimiento, estudiar sus parámetros biológicos, ver si está infectado y averiguar si excreta virus. Es muy interesante desde el punto de vista científico, no sirve para nada matarlo”, advierte Leroy.
Por otro lado, ni el Ministerio de Sanidad español ni la Comunidad de Madrid han consultado a este experto antes de decidir el sacrificio del perro. "No he recibido ninguna llamada", confirma Leroy.
Por otro lado, Javier ha difundido un vídeo pidiendo que no se sacrifique a su perro. Pide que se le ponga en cuarentena tal y como se ha hecho con él y con otras personas que han estado en contacto con Teresa.