Cuando nacen los cachorros los huesos no están formados como tal sino que son cartílagos.
Al ir creciendo estos se van “solidificando” convirtiéndose en huesos y cambiando los factores de esfuerzo sobre la articulación que nos ocupa. La cadera.
Si ésta carece de consistencia para que todo en su conjunto se mantenga unido, se irá desarrollando poco a poco una separación de los huesos que producirán irremediablemente daños mecánicos a la parte superior y borde de los fémures, con la consiguiente inflamación que dará lugar a un engrosamiento y estiramiento de la cápsula articular, dando por otra parte un exceso de formación ósea del propio fémur.
Un perro con displasia
nace sano, con el crecimiento tendrá un desarrollo de las articulaciones que afectan a cadera, hueso y tejidos blandos, durante los seis primeros meses que derivarán en esta enfermedad.
La
nutrición y el medio ambiente juegan un papel mayor de lo que en un principio se creyó, 25% concepto genético (antes se creía que tenía un 75% o 100%)
La alimentación también influye si hay un bajo valor nutritivo y un exceso en las cantidades diarias de comida. No hay que olvidar que el
líquido sinovial que recubre la articulación y que ayuda principalmente a que no haya rozamiento entre los hueso, tiene que estar bien nutrido para que no se generen problemas como estos.
En perros jóvenes podemos prevenirla de la siguiente manera:
Evitando la reproducción de todos los animales afectados, ya que es una enfermedad congénita.
Diagnóstico precoz, para poder hacer un seguimiento continuado en la vida del perro.
Evitar la sobrealimentación, el ejercicio intenso y la administración incontrolada de calcio en todos los cachorros con predisposición a padecerla.
Los tratamientos pueden ser varios pero debemos de tener presente siempre estos consejos para que la cosa no vaya a más o ayudarle con las molestias que pueda tener;
Restringir la actividad del animal, evitando que suba las escaleras o las baje y que salte.
Administrarle fármacos antiinflamatorios no esteroideos para controlas dolores que pueda tener.
Evitar el sobrepeso.
Utilización de
suplementos alimenticios destinados a proteger las articulaciones.
Si optamos por el
tratamiento quirúrgico con implantación de prótesis y restauración de la articulación una vez nuestro veterinario valore que es la mejor solución a seguir. Comunicaros que tienen un alto coste y lo más importante, son complicadas, aunque parece ser que últimamente están dando buenos resultados.
Montse Arias
Redacción perros.com