Al igual que nosotros, los perros utilizan varios métodos de expresión para comunicarse. Los principales medios son el olfato, los gestos y los sonidos. Y de entre todos los sonidos emitidos por los perros, el ladrido es el sonido que más lo caracteriza.
Si has llegado aquí es más que probable que tu perro ladre sin parar. Sin duda, por mucho que queramos a nuestro perro, sus ladridos pueden llegar a ser muy molestos e incluso insoportables en determinados momentos. Vamos a intentar solucionar tu problema.
Cuando se trata de detener el ladrido de un perro, lo primero que debemos hacer es identificar la causa. El ladrido puede expresar emoción, alegría, ansiedad, frustración, advertencia... y su frecuencia, intensidad y volumen variará en gran medida en función de lo que desee manifestar. Muchas veces se trata sólo de una llamada de atención para lograr algo y, al igual que un buen padre, deberemos hacerle ver que ese no es el camino buscando modificar su conducta y eliminar así el comportamiento inadecuado.
Los collares antiladridos para perros no son más que una herramienta de adiestramiento que nos ayudará de forma muy eficaz a corregir ésta y otras problemáticas en el comportamiento de nuestro perro. Los collares de adiestramiento antiladridos para perros pueden ser de varios tipos:
Son collares antiladridos para perros pequeños o para animales más sensibles. El principio de funcionamiento de este tipo de collares de adiestramiento es muy simple. Cuenta con un receptor que se coloca bajo el cuello del perro y que, por medio de un micrófono incorporado en el propio collar, detecta las vibraciones producidas por el ladrido. Inmediatamente, emite una pulverización de spray que interrumpirá el ladrido por efecto únicamente de sorpresa, siendo totalmente inofensivo para el animal.
Según estudios se ha demostrado que los collares antiladridos de spray son eficaces de forma permanente en el 70% de los perros de pequeño tamaño y, de forma parcial, en el 28%.
Para alcanzar el éxito, la implicación del dueño en los primeros usos del producto es un factor esencial. Hasta que el perro esté acostumbrado y hasta que hayamos configurado correctamente los ajustes de sensibilidad del collar de vaporización, no se debe dejar nunca solo. Además, no se debe nunca intervenir mientras tenga el collar, ya que ello podría ser malinterpretado por su perro y asociarla a un gesto de atención. Por último, cuando su perro deje de ladrar, felicítele con caricias, frases cariñosas o galletas con el fin de animar su perro por su buen comportamiento.
Un inconveniente a este tipo de collares de spray es que es muy importante llenar el tanque antes de que se vacíe completamente. De no hacerlo, su perro se dará cuenta de que ladrando durante un determinado tiempo puede neutralizar el efecto del collar e interpretará que la parada de las vaporizaciones son una recompensa a sus ladridos, produciéndose el efecto contrario al deseado.
Se trata de collares de adiestramiento que transmiten impulsos eléctricos de baja intensidad con solo pulsar un botón de un mando a distancia que llevaremos con nosotros. Existen distintos alcances según calidades y precios. Al igual que los collares de spray, también sorprenderán a nuestro perro y cortarán su ladrido u otras conductas problemáticas como las fugas, los tirones, rechazo a alimentos, agresividad…
Los impulsos eléctricos emitidos por estos collares electrónicos son miliamperios que no transmiten dolor físico ni traumas pero, como deseamos asegurarnos de no hacer ningún daño a nuestro perro, escogeremos un collar de intensidad regulable con el fin de aumentarla o reducirla en función de la sensibilidad del perro.
Por supuesto, los collares electrónicos de adiestramiento para perros siempre han ser utilizados por el usuario con sentido común y, a ser posible, siguiendo los consejos de un experto cualificado en educación canina. Asimismo, debemos estar muy pendientes del comportamiento de nuestro perro siempre que lleve el collar para pulsar el botón siempre en el momento en que se produzca la conducta que deseamos corregir.
En ambos casos, este tipo de collares tratan los efectos de este tipo de conductas pero no las causas que las producen. Es decir, si un perro tiene una fobia social muy acusada, es excesivamente ansioso o pasa escaso tiempo con sus dueños, puede enfocar su nerviosismo hacia otras acciones repetitivas y persistentes como son la succión-masticación de lana u otros tejidos, la auto-mutilazación o el autolamido constante que puede desembocar en un granuloma acral por lamido. Por ello, es deseable la consulta previa a su veterinario antes de utilizar este tipo de dispositivos.
Existen otros tipos de collares y elementos que sirven de ayuda para el adiestramiento para perros. Es el caso de los collares anti-tirada de ultrasonido que, como su nombre indica, buscan corregir la típica conducta de aquellos perros que, literalmente, nos llevan a nosotros de paseo y no nosotros a ellos.
Este tipo de correas emiten un ultrasonido (no audible por los hombres) cuando el perro tira de la correa. El sonido será más fuerte cuanta más fuerza imprima en la tirada, de forma que facilita el aprendizaje del perro a andar obedientemente al lado de su dueño sin que éste tenga que tirar de él.
Al igual que los collares eléctricos, los collares de ultrasonido pueden ser regulados en intensidad.
Es muy importante tener en cuenta que este tipo de collares no sustituyen el adiestramiento de los perros, sino que sirven como apoyo o ayuda para uso ocasional. Sin dada, es algo que queremos remarcar y que es de vital importancia. Debemos ser responsables y entender que un adiestrador profesional tiene una experiencia muy superior a la nuestra en su campo de trabajo y que el adiestramiento que será capaz de transmitir a nuestro perro será mucho más efectivo.