Las causas de que un cachorro se quede huérfano pueden ser muchas. La madre se puede morir en el parto, en un accidente o tiene cualquier tipo de enfermedad. Puede ocurrir que simplemente no genere leche para poder amamantar a su progenie (agalactia).
En estas circunstancias, nos queda una papeleta nada fácil, pero no por ello imposible. Los cachorros
se pueden sacar adelante siguiendo una serie de pautas y con una paciencia y constancia infinitas.
Pero aunque muchas veces le pongamos voluntad, nuestros
conocimientos no son suficientes para que podamos ayudarlos, la verdad, muchas veces no tenemos ni idea.
Pues nada, como “madres adoptivas” tenemos que tener en cuenta que es
fundamental que los horarios de sus comidas tienen que ser regulares y la eliminación también. Hay que buscarles un
sitio adecuado y acondicionado para que duerma y descanse, a parte de un
ambiente saludable y que le dediquemos tiempo para
el juego.
Ahora bien, si tiene
menos de cinco días, la posibilidad de que sobreviva disminuye ya que la ingesta de la leche materna en los primeros días es fundamental. En sus
doce primeras horas de vida es importantísimo que el cachorro ingiera el
“calostro” que le da la madre. Al ingerirlo se le está transmitiendo los componentes necesarios para que tengan anticuerpos y con esta leche adquieren
inmunidad pasiva sistemática e inmunidad pasiva local. Tal vez tengamos la posibilidad de utilizar
otra hembra recién parida y que no haya tenido
muchos cachorros como la encargada en sacar adelante a los pequeños. Esta es una práctica habitual en los grandes criaderos. Si aún por encima tenemos la suerte de que la perra
es de casa contaremos con la ventaja de no multiplicar posibles agentes infecciosos. El problema estará con una perra que
venga de fuera, por lo que tendremos que calibrar los riesgos añadidos.
Dependiendo de las circunstancias
puede ser preferible asumir la tarea nosotros directamente y criarlos sin intervención externa.
Al nacer los cachorros están flacuchos y tiene “mal aspecto”, pero
en veinticuatro horas si la lactancia es correcta, van cogiendo peso y mejor aspecto. Durante las primeras semanas las orejas y los ojos
están sellados pero con el paso de los días se irán despegando y se volverán más inquietos e irán buscando de forma natural un lugar más alejado donde eligen dormir. Están
casi siempre dormidos en el denominado sueño activo, en el que se estiran y se mueven mucho, ayudando a fortalecer sus extremidades. Al despertar buscarán desesperados su fuente de alimento del que chuparán con ansiedad.
Si por el contrario está
aletargado y no se mueve es que algo va mal. Si
llora continuamente, la cosa tampoco pinta bien, le mejor es llevarlo al veterinario, puede que tenga algún problema y lo mejor es que lo revisen en la clínica.
Pasadas
las treinta y seis horas siguientes al parto, podemos alimentarlo nosotros, bien con biberón, jeringuilla o cuentagotas… con leche especial que hay en el mercado para ellos. Cualquier otra forma de alimentación que incluya el introducirles algún tipo de vía o conducto
lo dejaremos para los profesionales porque correremos el riesgo de que al hacerlo nosotros, se lo pongamos mal y
desviemos el tubo a los pulmones, provocando su
encharcamiento y una muy que posible neumonía, que en edades tan tempranas puede tener gravísimas consecuencias.
En las primeras
48-72 horas deben de ser alimentados cada dos horas tanto de día como de noches. La cantidad que le tengamos que dar dependerá de la
raza y por lo tanto, del tamaño, pero oscilará entre los
10 ml a los 30 ml.
Si el perro ha probado la leche materna antes de la que le vamos a dar nosotros, tal vez el cambio de sabor en un primer momento no sea mucho de su agrado, pero como la necesidad aprieta no tardarán en aceptarla. No es conveniente darle leche de vaca dado que el porcentaje de lactosa es demasiado alto, lo que les podría causar problemas digestivos. Es preferible leche materna de gran calidad o en su defecto
leche de cabra, cuyo contenido en lactosa es la que más se acerca a las perras.
Otra forma de alimentarlo si no tenemos leche preparada es recurrir a las
recetas caseras que pueden ser igual de efectivas, siempre que sigamos unas pautas específicas para ellos. Por ejemplo, todos conocemos el aporte nutritivo del huevo, debemos darle
sólo la yema, porque la clara al ser proteína pura le puede provocar una deficiencia de biotina debido a una enzima que lleva. Tampoco les deberemos de dar miel, ya que
algunas bacterias pueden ser fatales para ellos, a parte de la gran ingesta de azúcar que se le puede dar y la sensibilidad que tienen los perros hacia ella, no sólo de cachorros si no a lo largo de toda su vida.
Al tener un estómago tan pequeño, las tomas t
endrán que ser pequeñas y espaciadas. Si se empacha y la regurgita puede afectarle a las vías respiratorias. Por el contrario, si espaciamos demasiado la toma podemos causarles deshidratación, en este caso si no le ponemos remedio y no le hacemos cuanto antes la reposición de fluidos se puede morir en pocas horas.
Una vez que terminemos de alimentarlo es necesario que
desinfectemos bien el biberón y la tetina o el producto que hayamos empleado a tal efecto, para que esté perfecto para la siguiente vez, acto seguido los cogeremos y los apoyaremos
en el hombro dándole suaves
palmadas en el lomo para que expulsen el aire que se hayan podido tragar al mamar.
En la primera semana se le dará de comer
cada tres horas y la segunda
cuatro tomas durante el día y
una por la noche.
En
la tercera les empezarán a salir los dientes de leche y es el momento ideal para
hacer cambios en su dieta e irlos acostumbrando a la papilla debe empezar a comer solos en platos llanos
tres veces al día aunque no podemos olvidarnos de darles el biberón, que en esta etapa sigue siendo imprescindible.
La papilla estará compuesta por
pienso diluido en leche con agua y pasada por la batidora. Para que se enteren, lo mejor es mojarles el hocico con ella para que la chupen y después se guiarán
por el olfato hasta llegar al plato. No tendrás muy claro los primeros días si la comen o se bañan con ella por lo que tendrás que tener a mano una gasa húmeda para limpiarlos después y secarlos para que no cojan frío.
En dos o tres días estarán
totalmente acostumbrados a la comida y nosotros podemos ir modificando poco a poco la mezcla, haciéndola cada día más consistente. No nos podemos olvidar de que a parte de esta comida sólida tendrán cerca un cuenco con leche materna para que tengan que beber. La leche se irá diluyendo cada vez
más en agua y a partir de la cuarta o quinta semana procederemos al destete y sólo beberán agua fresca y comerán sólo pienso.
Si en la
quinta semana vemos
que no gana peso, es que necesitan más comidas de la que le estamos dando. Si por el contrario, tienen diarrea, tal vez le estemos dando demasiada. Tendremos que tantear la cantidad, hasta llegar a la dosis adecuada.
Otro de los factores para el correcto desarrollo de nuestros cachorros es que haga sus necesidades.
Como recién nacido no posee en su intestino la
fuerza muscular necesaria para ayudar a la evacuación de sus deposiciones, por lo tanto deberemos estimularlos para que lo hagan.
Después de cada comida humedeceremos un trozo de algodón o una
gasa y le frotaremos suavemente los
genitales y la zona anal, al poco tiempo el cachorro orinará y/o defecará. Con esta sencilla maniobra estamos sustituyendo a los lametazos que su madre le daría con el mismo propósito. Algunos lo harán después de la comida y otros antes, es normal cada uno tiene sus biorritmos. Esta maniobra se hará dos o tres veces al día y lo haremos hasta
los 21 días de vida, a partir de ahí el cachorro en este aspecto será autosuficiente. Otra cosa interesante es limpiar siempre al cachorro, tanto después de comer como después de que haga sus necesidades. Con esto evitaremos posibles infecciones.
En cuanto a la orina, estaremos pendientes de
su color, si tiene un color amarillo claro estará bien, pero si el color es amarillo oscuro o naranja, indica que posiblemente tenga deficiencia alimentaria.
Las primeras excreciones que hacen reciben el nombre de
Meconio, son el resultado de productos de deshecho que se han ido acumulando mientras el feto permanecía en el útero materno; tiene un olor ácido y particular, un color negruzco y brillante y una textura firme y pegajosa, como si fuera
brea. En horas posteriores las heces serán granuladas de color amarillento fuerte sin un olor fuerte y con la textura similar a la pasta de dientes. Según se vaya adaptando irán cambiando hasta llegar a tener un aspecto normal. Al igual que con la orina, deberá de tener un color entre marrón claro y castaño oscuro para entrar dentro de lo que sería normal y saludable. Si el tono es
verde indica que hay
infección y si hace deposiciones abundantemente nos estará informando que la alimentación que le estamos dando
no lo nutre lo suficiente y tendremos que pensar en cambiarlo. Si es demasiado compacta y dura habrá que alimentarlo con más frecuencia, es decir, le daremos más tomas pero no aumentaremos la cantidad.
También tendremos que proporcionarles una
temperatura ambiente adecuada, al ser tan pequeños conservan mal el calor, por lo que tendremos que mantenerlos en una temperatura constante que oscilará entre los
32-34ºC, esto en cuanto
a la primera semana. En la segunda semana será suficiente con 29ºC y la tercera 21ºC o temperatura ambiente. Ellos mismos nos dirán si están bien o no. Si
se amontonan todos, evidentemente tienen frío, si se
separan entre ellos es que tiene calor y si
están juntos pero cada uno en su sitio, la temperatura es correcta.
La humedad también es importante un
55% de humedad será perfecto. Si vivimos en un ambiente seco pondremos una toalla húmeda en los lados de su cama pero sin que l
a empapen o moje a los cachorros.
No sabéis hasta que punto es importante una humedad y un calor adecuado no sólo por el bienestar de los perritos sino que ayudaremos a mantener a raya a
focos infecciosos como por ejemplo el
Herpesvirus que es uno de los principales causantes de muerte perinatal. Hoy se sabe que entre 31-33ºC el herpes
se inactiva.
Es fundamental mantenerlos en un
entorno limpio para evitar cualquier riesgo de infección. Conviene que se encuentren separados de otros perros y mascotas que pudiera haber en la casa,
estaría bien y siempre que sea posible, tenerlos en una
habitación a parte, a la que accederemos después de habernos cambiado el calzado de andar por la calle, y si podemos también la ropa, así como
haberse lavado muy bien las manos, uñas, antebrazo, cara y nariz, incluso las orejas. Parece algo exagerado, pero en esto puede estar la diferencia de que nuestra camada prospere de una manera sana o tengamos complicaciones por posibles enfermedades e infecciones, a parte del sufrimiento y dolor que por nuestra inconsciencia hagamos pasar a los indefensos cachorros.
Con el destete empieza la socialización. Seremos nosotros los que los incitemos a explorar el mundo que les rodea y los que rectifiquemos sus malos comportamientos.
Entre la cuarta y quinta semana es bueno
que salgan al exterior, a una zona acotada y en las horas más templadas del día, para que vayan conociendo el entorno, los ruidos, olores, los demás perros de la casa si los hay…recordad que una buena socialización nos evitará muchos problemas de comportamiento a lo largo de toda su vida.
En definitiva, un resumen de todo lo dicho anteriormente y que debemos de tener presente para que nuestro cachorro sobreviva: