Me llamo Lluna. Mis papas me adoptaron con un año y medio de una perrera y, desde entonces, no he parado de hacer amigos. Aunque no soy de raza, soy muy bonita y super cariñosa (mi saludo: un buen beso). En la calle, a veces soy un poco trasto, me cuesta ser siempre obediente. Mis papas me llevan cada día a la montaña para que me canse y juegue con otros perros. Agradezco mucho que mis papas me dieran una segunda oportunidad, ya que vivir en una perrera es un poco rollo...